Ayer fuimos al cine con mi novia. Sinceramente, no me gusta mucho ir al cine.
Como le decía a ella, si fuese un cine de barrio o un cine cerca de mi casa iría de seguro todos los días. Pagaría el precio que fuere, pero me sentaría en la butaca que imaginariamente cargue con mi nombre y la sienta mía.Doy casi por sentado que tendría puestas unas hojotas para poder ventilar los deditos en la sala comenzada ya la función.
Además, las colas, la gente (le tengo cierta fobia), no saber el nombre del que recorta las entradas, no poder putiar con nombre y apellido al desconocido que charla en la función o atiende el celular, son cosas que de cierta manera, se me escapan de las manos y me asusta de alguna forma.De seguro reemplazaría los pop-Corn o los nachos por un tapper con comida de mama, y me llevaría unos palillos y una banana de postre, para terminar con los créditos, los dos a la par. Ah, no me olvido, sin vergüenza, anotaría en mi libretita personal todos los nombres de las canciones que sonaron durante el film para cuando llegase a casa, las bajara de Internet (aunque es ilegal) y las sume al repertorio semanal de canciones que no pueden faltar o dejarse de oír.
En fin, la función comenzó 20:25, muy puntual (otra cosa que me molesta) y la película que fuimos a ver, trataba sobre la vida del revolucionario argentino y héroe de los oprimidos Ernesto Guevara De La Serna, alias “el che”. Su lucha y vida hasta alcanzar el objetivo de liberar a la isla de Cuba, del gobierno dictatorial de Fulgencio Batista.Mis criticas hacia el largometraje son bastante pocas. Hay algo que no me cierra, pero mas que nada por una cuestión personal de combates y tiradas de pelo que tienen mi mente y mis ganas, y el pensamiento o la razón que carece y a su vez, litiga a el corazón que busca simpleza y verdad. Mas que nada, son boludeces* según algunos, pero bueno, tomémoslo ya que el *tema da para* Como “una interna revolucionaria de pensamientos que aflige mi ser”.
Quizás sea el tema de que la figura emblemática de este prócer de los que desean actuar y personas sin voz que quieren gritar, ubicado y postrado en una sala de cine comercial no me resulte demasiado atractivo. Mis negaciones y mis prejuicios hacen también a notar y destacar el potencial de mi mayor enemigo. Pues dado a que sin dudar, creo que la inteligencia de mi enemigo es tal, que utiliza la imagen de NUESTRO héroe para bien propio y esta figura ya tan querida y admirada por mi, pasa a ser una cuestión del Marketing, del Business y del capitalismo en su máxima expresión. Igualmente, no quiero irme por las ramas.
A su vez, mi otro ser interior me dice que esta es la mejor forma de hacer publico un pensamiento que desde mi punto de vista social y colectivo, dejando de lado que soy simplemente un individuo, es el mas aceptable dentro de los estandartes con los cuales cargamos actualmente, cuando nos referimos al mundo, nuestro mundo, el de ellos también.Seguramente la revolución de estos días, no se realice ya con un machete o un fusil, de echo creo que de esa manera también puedo terminar siendo muy parecido a mi enemigo, que acostumbre a realizar toda clase de cosas parecidas a estas, siempre y cuando signifiquen el bien propio y no el común, el individualismo y no la sociedad, la nación o nuevamente, el mundo.
Es por eso también que creo que si bien hay algo que repica y suena diciéndome que no me parece correcto esta forma de globalizar a la figura del “che”, creo que quizás el cambio, la necesidad de tal, la verdadera revolución actual, moderna en ciertos aspectos, ya globalizada, hacen que crea en resumen que mediante los medios llámese cine/Internet/etc. se pueda lograr este cometido.Siempre y cuando no se copie ni se vea uno obligado a tener que tachar palabras o romper hojas por errores ya anteriormente cometidos.
Sino que habría que tomar las bases de lo ya construido, para afianzarse a esos pilares y crear sin escatimar, torres y mazas de lo nos tiene que deparar el futuro. No porque yo sea un loco y diga que tiene que ser así, además de eso, sino porque el mundo y sus naciones, regiones y continentes demandan el cambio.
A todos nos afecta lo mismo, lo increíble, crease o no, es que algunos decidimos cerrar los ojos por mucho tiempo, pero a fin de cuentas, si hay algo que toda persona creyente, atea, etc. dice es afirmar es que sin duda, todos pagamos nuestras cuentas, tarde o temprano.Y si bien algunos pueden llegar a pensar que por no mirar no comenten un error, será el destino que les de una bofetada en la cara para saber que en la vida, todo vuelve y el circulo, por suerte (aunque lamentablemente de esta sola forma uno se da cuenta), cada vez gira mas rápido, y vuelve a empezar con menos ganas, con la misma fuerza. Los resultados, si es que alguien duda de mi palabra, que obvia el “MI” y no habla solo por mi voz, sino en general, que no es que sea lo que digo lo que dice el pueblo, sino que porque quiero, porque lo deseo y lo creo deber, el pueblo se trasmite através de mi,están muy por encima de la mesa. Yo diría que ya cayeron de la misma. Nadie puede atreverse a defender lo indefendible.
Solo el ciego, solo el que no quiere ver. No hay peor ciego que ese. El que decide ser engañado solo porque le da placer o le parece mas accesible, mas acomodaticio que luchar, pelear, cambiar una triste realidad.
Y volviendo 230.000 kilómetros para atrás, les comento que la película si bien tiene el toque hollywoodense y sobredosis de maquillaje para una figura de pura simpleza y austeridad, cuenta con unas excelentes actuaciones, el papel que representa la figura de Fidel Castro es excepcional, por momentos hacer creer que es el mismo de la actualidad pero con la magia de las cámaras.
El film es muy verídico, los temas que tocan, los diálogos, los personajes y las batallas.Da gusto verla para personajes como a mi que me interesan estos temas y la historia en general. Si bien es quizás un poco densa y larga para curiosos, las imágenes, el sonido y demás esta muy bien.Y todo esto claramente, no lo dice un critico de cine, sino un simple espectador.
---------------------------------------------------------------------el otro lado tambien existe
A pesar de los pesares
1
América Latina ya no es una amenaza. Por tanto, ha dejado de existir. Rara vez las fábricas universales de opinión pública se dignan a echarnos alguna ojeada. Y sin embargo Cuba, que tampoco amenaza a nadie, es todavía una obsesión universal.
No le perdonan que siga estando, que maltrecha y todo siga siendo. Esa islita sometida a feroz estado de sitio, condenada al exterminio por hambre, se niega a dar el brazo a torcer. ¿Por dignidad nacional? No, no, nos explican los entendidos: por vocación suicida. Con la pala en alto, los enterradores esperan. Tanta demora los irrita. Al Este de Europa han hecho un trabajo rápido y total, contratados por los propios cadáveres, y ahora están ansiosos por arrojar tierra sin flores sobre esta porfiada dictadura roja que se niega a aceptar su destino. Los enterradores ya tienen preparada la maldición fúnebre. No para decir que la revolución cubana ha muerto de muerte matada: para decir que ha muerto porque morir quería.
2
Entre los más impacientes, entre los más furiosos, están los arrepentidos. Ayer han confundido al estalinismo con el socialismo y hoy tienen huellas que borrar, un pasado que expiar: las mentiras que dijeron, las verdades que callaron. Es el Nuevo Orden Mundial, los burócratas se hacen empresarios y los censores se vuelven campeones de la libertad de expresión.
3
Nunca he confundido a Cuba con el paraíso. ¿Por qué voy a confundirla, ahora, con el infierno?
Yo soy uno más entre los que creemos que se puede quererla sin mentir ni callar.
4
Fidel Castro es un símbolo de dignidad nacional. Para los latinoamericanos, que ya estamos cumpliendo cinco siglos de humillación, un símbolo entrañable.
Pero Fidel ocupa, desde hace añares, el centro de un sistema burocrático, sistema de ecos de los monólogos del poder, que impone la rutina de la obediencia contra la energía creadora; y a la corta o a la larga, el sistema burocrático -partido único, verdad única- acaba por divorciarse de la realidad. En estos tiempos de trágica soledad que Cuba está sufriendo, el Estado omni-potente se revela omni-impotente.
5
Ese sistema no proviene de la oreja de una cabra. Proviene, sobre todo, del veto imperial. Apareció cuando la revolución no tuvo más remedio que cerrarse para defenderse, obligada a la guerra por quienes prohibían que Cuba fuera Cuba; y el incesante acoso exterior lo fue consolidando a lo largo del tiempo. Hace más de treinta años que el veto imperial se aplica, de mil maneras, para impedir la realización del proyecto de la Sierra Maestra.
Continuo escándalo de hipocresía: desde aquel entonces, toman examen de democracia a Cuab, los fabricantes de todas las dictaduras militares que en Cuba han sido.
En Cuba, democracia y socialismo nacieron para ser dos nombres de la misma cosa; pero los mandones del mundo sólo otorgan la libertad de elegir entre el capitalismo y el capitalismo.
6
El modelo de la Europa del Este, que tan fácilmente se ha derrumbado allá, no es la revolución cubana. La revolución cubana, que no llegó desde arriba ni se impuso desde afuera, ha crecido desde la gente, y no contra ella ni a pesar de ella. Por eso ha podido desarrollar una conciencia colectiva de patria: el imprescindible auto-respeto que está en la base de la auto-determinación.
7
El bloqueo de Haití, anunciado con bombos y platillos en nombre de la democracia herida, fue un fugaz espectáculo. No duró nada. Terminó mucho antes del regreso de Aristide. No podía durar: en democracia o en dictadura, hay cincuenta empresas norteamericanas que sacan jugo a esa mano de obra baratísima.
En cambio, el bloqueo contra Cuba se ha multiplicado con los años. ¿Un asunto bilateral? Así dicen; pero nadie ignora que el bloqueo norteamericano implica, hoy por hoy, el bloqueo universal. A Cuba se le niega el pan y la sal y todo lo demás. Y también implica, aunque lo ignoren muchos, la negación del derecho a la autodeterminación.
El cerco asfixiante tendido en torno a Cuba es una forma de intervención, la más feroz, la más eficaz, en sus asuntos internos. Genera desesperación, estimula la represión, desalienta la libertad. Bien lo saben los bloqueadores.
8
Ya no hay Unión Soviética. Ya no se puede cambiar, a precios justos, azúcar por petróleo.
Cuba queda condenada al desamparo. El bloqueo multiplica el canibalismo de un mercado internacional que paga nada y cobra todo. Acorralada, Cuba apuesta al turismo. Y se corre el peligro de que resulte peor el remedio que la enfermedad.
Cotidiana contradicción: los turistas extranjeros disfrutan de una isla dentro de la isla, donde para ellos hay lo que para los cubanos falta. Se reabren viejas heridas de la memoria. Hay bronca popular, bronca justa, en esta patria que había sido colonia, y había sido putero, y había sido garito.
Penosa situación, sin duda; que por ser cubana, se mira con lupa. Pero, ¿quién puede tirar la primera piedra? ¿No se consideran normales, en toda América Latina, los privilegios del turismo extranjero? Y, peor, ¿no se considera normal la sistemática guerra contra los pobres, desde el mortal muro que separa a los que tienen hambre de los que tienen miedo?
9
¿En Cuba hay privilegios? ¿Privilegios del turismo y también, en cierta medida, privilegios del poder? Sin duda. Pero el hecho es que no existe sociedad más igualitaria en América. Se reparte la pobreza: no hay leche, es verdad, pero la leche no falta a los niños ni a los viejos. La comida es poca, y no hay jabones, y el bloqueo no explica por arte de magia todas las escaseces; pero en plena crisis sigue habiendo escuelas y hospitales para todos, lo que no resulta fácil de imaginar en un continente donde tantísima gente no tiene otro maestro que la calle, ni más médico que la muerte.
La pobreza se reparte, digo, y se reparte: Cuba sigue siendo el país más solidario del mundo. Recientemente, por poner un ejemplo, Cuba fue el único país que abrió las puertas a los haitianos fugitivos del hambre y de la dictadura militar, que en cambio fueron expulsados de los Estados Unidos.
10
Tiempo de derrumbamiento y perplejidad; tiempo de grandes dudas y certezas chiquitas.
Pero quizá no sea tan chiquita esta certeza: cuando nacen desde adentro, cuando crecen desde abajo, los grandes procesos de cambio no terminan en su lado jodido.
Nicaragua, pongamos por caso, que viene de una década de asombrosa grandeza, ¿podrá olvidar lo que aprendió en materia de dignidad y justicia y democracia? ¿Termina el sandinismo en algunos dirigentes que no han sabido estar a la altura de su propia gesta, y se han quedado con autos y casas y otros bienes públicos? Seguramente el sandinismo es bastante más que esos sandinistas que habían sido capaces de perder la vida en la guerra y en la paz no han sido capaces de perder las cosas.
11
La revolución cubana vive una creciente tensión entre las energías de cambio que ella contiene y sus petrificada estructuras de poder.
Los jóvenes, y no sólo los jóvenes, exigen más democracia. No un modelo impuesto desde afuera, prefabricado por quienes desprestigian a la democracia usándola como coartada de la injusticia social y la humillación nacional. La expresión real, no formal, de la voluntad popular, quiere encontrar su propio camino. A la cubana. Desde adentro, desde abajo.
Pero la liberación plena de esas energías de cambio no parece posible mientras Cuba continúe sometida a estado de sitio. El acoso exterior alimenta las peores tendencias del poder: las que interpretan toda contradicción como un posible acto de conspiración, y no como la simple prueba de que está viva la vida.
12
Se juzga a Cuba como si no estuviera padeciendo, desde hace más de treinta años, una continua situación de emergencia. Astuto enemigo, sin duda, que condena las consecuencias de sus propios actos.
Yo estoy en contra de la pena de muerte. En cualquier lugar. En Cuba, también. Pero, ¿se puede repudiar los fusilamientos en Cuba sin repudiar, a la vez, el cerco que niega a Cuba la libertad de elegir y la obliga a vivir en vilo?
Sí, se puede. Al fin y al cabo, a Cuba le dictan cursos de derechos humanos quienes silban y miran para otro lado cuando la pena de muerte se aplica en otros lugares de América. Y no se aplica de vez en cuando, sino de manera sistemática: achicharrando negros en las sillas eléctricas de los Estados Unidos, masacrando indios en las sierras de Guatemala, acribillando niños en las calles de Brasil.
Y por lamentables que hayan sido los fusilamientos en Cuba, al fin y al cabo, ¿deja de ser admirable la porfiada valentía de esta isla minúscula, condenada a la soledad, en un mundo donde el servilismo es alta virtud o prueba de talento? ¿Un mundo donde quien no se vende, se alquila?
Tomado de:Eduardo Galeano, Ser como ellos y otros artículos, Siglo Veintiuno Editores, México, 1992.
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